EL MISTERIO PASCUAL SE HACE NUESTRO POR EL BAUTISMO
VIGILIA PASCUAL
SÁBADO SANTO
SÁBADO SANTO
25 de marzo de 1978
Génesis 1, 1-3 1; 2, 1-2
Génesis 22, 1-18
Exodo 14, 15-31. 15, 1
Isaías 54, 5-14
Isaías 55, 1-11
Baruc 3, 9-15. 4, 1-32
Ezequiel 36,16-28
Romanos 6, 3-11
Mateo 28, 1-10
Queridos hermanos:
La palabra de Dios que se ha remontado hasta los orígenes del mundo en la primera lectura del Génesis y que ha recorrido algunos capítulos de la historia de la salvación, acaba de culminar con el hecho que estamos conmemorando esta noche, la resurrección del Señor. Pero no terminó hace veinte siglos sino que el último capítulo lo estamos escribiendo aquí, nosotros. Por eso, mi pobre palabra, incorporándose a las lecturas de la palabra de Dios, es para decirles a ustedes y reflexionarlo yo mismo, cómo nos ama el Señor. De aquel origen del hombre: "hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" y que el hombre no supo mantener en su dignidad sino que ofendiendo a Dios, por el pecado desfiguró esa imagen de Dios, su Hijo divino vino a repararla y ya está consumada la obra de la reparación.
Esta noche clausuramos el solemne Triduo Pascual.Tres días, los más grandes del año, que nos han servido para considerar los tres aspectos de nuestra redención! el sufrimiento, la pasión del Redentor el Viernes Santo; el silencio de la tumba donde yacía yerto el cadáver de Cristo, la esperanza del sepulcro; y esta noche, el triunfo de la resurrección. Esas tres cosas: la pasión dolorosa, el sepulcro y la resurrección, son lo que constituye el misterio Pascual.
El misterio Pascual o sea: la muerte, la pasión, la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, son para nosotros un hecho que hacemos nuestro. De nada serviría todo este episodio de la vida de Cristo, definitivo para la historia, si cada uno de nosotros no lo hiciera suyo. Y este es el significado de esta noche: que aquella pasión dolorosa, aquella expectativa del sepulcro y aquel triunfo que estamos conmemorando esta noche, se hace nuestro, todo eso por el bautismo.
A continuación vamos a celebrar la renovación de nuestro bautismo, porque esos tres aspectos del misterio de la Pascua que nos redimieron, nos han marcado nuestra vida desde el día en que nuestros padres nos llevaron a la pila bautismal como se llevaba antiguamente en esta noche del Sábado Santo a los catecúmenos para ser bautizados, para ser confirmados. Y San Pablo nos acaba de explicar qué significa ese bautismo del cristiano: ser sepultado con Cristo y resucitar con Cristo. Hermanos, cuando pensamos en el hombre moderno vemos cómo congenian estos tres aspectos de la Pascua de Cristo a la vida del hombre de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario